“La vida examinada es la única que merece ser vivida” Sócrates.

Hoy encontré fotos en mi Tablet, que no recordaba que tenía y me detuve a mirar cada una de ellas con un poco de nostalgia… Se agolparon en mi mente viejos recuerdos… algunos vagos… Al verme fue inevitable pensar en el camino recorrido… cuanta transformación… cuantas pérdidas y cuantas ganancias… Vengo de una familia  poblada de miedos… en la que no sobraban los recursos económicos… tampoco los emocionales, aún así sobraba la fuerza para salir adelante! La misma familia que SIEMPRE se ponía a disposición del “sufriente”, tal es así que, desaparecieron los dulces para TODOS cuando a mi hermana le diagnosticaron diabetes porque se suponía que todos debíamos hacerle al otro la vida más fácil… nunca cuestioné la desaparición de los postres también para mí… Para mis padres, seguramente habrá sido la manera que encontraron de cuidar a mi hermana… Probablemente eso, entre otras experiencias, haya contribuido a  que hoy no pueda imaginarme un vínculo sin “cuidar”… Cuidar la sensibilidad del otro… Cuidar su historia… su dolor… cuidarme… y que me cuiden…. ¿Está bien? ¿Está mal?… Ni lo uno… ni lo otro Son historias que me constituyen… y me gusta detenerme a mirarlas y mirarme… porque si no las miro… y ME miro …  se convierten en mi punto ciego, operándome desde las sombras…. por eso no tengo dudas de que “la vida examinada es la única que merece ser vivida” ¿Para qué? Para no ponerme SIEMPRE en el rol de “cuidadora”… para elegir libremente cuando CUIDAR y cuando SER CUIDADA Para no comerme todos los postres que no me comí, en su momento, por lealtad a mi hermana… Vos… ¿miras tu historia? Nota: las fotos que acompañan este texto, son algunas de las encontradas y hoy elijo compartirlas con vos… por si a vos también te ayudan a mirarte… en caso de que elijas hacerlo.